martes, 24 de mayo de 2011

Cuando Osaka fue capital de Asia

Esta mañana se jugaba el partido que paraba Japón. No sólo Japón, sino que esta vez también paraba al panorama futbolístico asiático. La reedición del partido más clásico entre rivales directos que puede ofrecer la J-League, esta vez en AFC Champions League. Además, un partido que se debía disputar con muchos más alicientes que los clásicos ligueros. En octavos de final, la ronda quizá más dura de la Champions asiática, a un solo partido. Gamba Osaka contra Cerezo Osaka, un partido en el que podía pasar de todo.

Ya predecíamos (en la previa de los Octavos lo comentaba) que este partido era de resultado imprevisible. De nada valía el favoritismo ni las actuaciones previas. Todo podía pasar. Ya sea por la rivalidad directa, por la ambición y la garra de ambos equipos y por el condicionante de los octavos de final de Champions a un solo partido. Pero quizá nadie podía atisbar el final que hemos visto hoy.

Y es que Gamba y Cerezo comenzaron el encuentro, después de una emocionante doble piña de cada equipo, con un intercambio de golpes, un tanteo para situar en el campo a su rival. El estadio Expo 70 hasta arriba de aficionados de ambos equipos, con cánticos y pancartas típicas de los derbis europeos con lemas como "Osaka Nostra", "Vinci per noi" o "La Tierra Santa"; hechos que nos indicaban que todo Asia estaba pendiente de Osaka.

Los primeros minutos se limitaron a ser un tanteo, con jugadas de peligro para ambos equipos, con llegadas rápidas a las áreas rivales que concluían en tiros desde lejos de la portería. Gamba Osaka ya mostraba la línea que iba a seguir en el encuentro, esperar al contraataque y no adquirir ansiedad por marcar al comienzo del partido. Cerezo iba a llevar la iniciativa en el juego creativo, con las líneas bien diferenciadas y haciendo participar en gran medida a todos sus centrocampistas.

Sin embargo, Gamba Osaka iba a imponer su estilo con llegadas a portería de Adriano (que ya le marcó a Cerezo en el clásico liguero), de Futagawa y de Usami. Cuando se reponía de éstas, Cerezo comenzaba a intentar subir con el balón controlado. Sin embargo, -y es lo que le iba a pasar factura durante el primer tiempo y gran parte del segundo- al intentar salir con el esférico, Cerezo Osaka dejaba auténticas fallas defensivas, agujeros, autopistas inexplicables, que permitían numerosas contras de los locales por medio de esos tres jugadores ofensivos que ya he nombrado.

En las jugadas que sí llegaba a trenzar Cerezo, se veía un nombre por encima del resto, Takashi Inui, que actuó prácticamente como el cerebro ofensivo del equipo, con pases muy precisos y muy adecuados para las jugadas ofensivas que iniciaban pero que, por fallos en el control de los delanteros del equipo de Culpi, no servían para mucho más que para lucimiento personal de Inui.

El tramo final del primer tiempo estuvo plagado de contraataques, tanto de un Gamba que aprovechaba los espacios que su rival le dejaba, como de un Cerezo que estaba comenzando incluso a abandonar su estilo de juego.

Para la segunda mitad, Culpi sustituyó a Inui e introdujo a Komatsu, además de hacer entrar a Masaki Chugo en el mediocampo. Un cambio que, al principio y viendo la primera mitad de Inui, puede que no se entendiese muy bien, pero que con el paso de los minutos se vio que Komatsu aportó más fluidez ofensiva a un Cerezo que bien lo necesitaba.

Al comienzo, la tónica era la misma: desajustes defensivos y espacios atrás de Cerezo, robos de balón de Gamba, contraataques rápidos y fallos de los delanteros de Gamba. La más clara y donde se pudieron adelantar los ashis fue en el minuto 54, en una jugada en la que Maruhashi pierde inexplicablemente el control de la pelota, se la regala a Lee Keun-Ho, tira Usami y la salva el portero.

Después de esta ocasión hubo un punto de inflexión en el encuentro. Cerezo Osaka se vino arriba. Veía que el tiempo corría en su contra y que Gamba estaba cada vez más cerca del gol. Aunque no tuvo ocasiones que amenazasen seriamente a Gamba, su presencia en el área rival y su corrección en la defensa -desde ese momento, aproximadamente, no dejaron más huecos atrás- incomodaron a un Gamba Osaka que se mantenía fiel al estilo del contraataque. Esta incomodidad, e incluso inseguridad, se manifestaron en Fujigaya, el portero local, quien salió en dos ocasiones fuera de su área innecesariamente provocando que casi Cerezo Osaka les ganase jugando a su estilo de contraataques rápidos.

Desde el minuto 70 de partido y seguramente por culpa del 0-0 que campeaba en el marcador, ambos equipos se olvidaron de su planteamiento inicial. Ya sólo había una cosa en mente para los 22 jugadores: el gol. Un gol que valía su peso en oro, unos cuartos de final de la máxima competición continental. Este ideal se pudo apreciar en diferentes ocasiones claras de gol de ambos equipos que se salieron fuera de la portería cuando parecían estar dentro para aumentar la tensión de los aficionados. Hablo de ocasiones de Adriano (que tuvo un total de 3, clarísimas), Komatsu, Kim Bo-Kyung, Usami o Rodrigo Pimpão (estos dos últimos algo desparecidos hasta esta fase del encuentro), unas ocasiones que demostraron el carácter impredecible del encuentro. Podía pasar de todo, era una batalla en toda regla, una sucesión de ataque local, ataque visitante… A ambos tan solo les faltaba el gol.

Sin embargo, en la ocasión que menos parecía que podría culminar en gol, vimos la decisión del encuentro. Corría el minuto 88 de partido y Adriano acababa de fallar la ocasión más clara que tuvo por culpa de un acertadísimo Kim Jin-Hyun. Cerezo Osaka comienza una jugada desde la banda izquierda. Gamba, replegado, se precipita en defensa y cubre a tan solo 3 jugadores de ataque de Cerezo. El balón se va hacia el centro y acaba en Daisuke Takahashi, muy escorado a la derecha pero en el interior del área y, cuando parecía que iba a poner un centro porque no tenía ángulo de tiro, se saca un chut de la manga que no puede parar Fujigaya. Gol. Un gol que paralizó Osaka, que metía a Cerezo por primera vez en Cuartos de Final, que daba un vuelco a lo estipulado en el fútbol de la ciudad, que indicaba que, pese a su mal arranque liguero, un derbi es un derbi y todo podía ocurrir.

Gamba Osaka intentó reaccionar, pero era tarde, no quedaba casi tiempo. Incorporó a Shoki Hirai para intentar buscar jugadas ofensivas. De hecho, tuvo una ocasión clara que dio en el palo, de Usami, que podría haber cambiado las cosas. Sin embargo, el árbitro pitó el final de una eliminatoria muy limpia, muy igualada y muy disputada, que supuso el choque entre dos estilos muy característicos y con muy imprevisible resultado ateniéndonos a lo visto anteriormente por parte de ambos equipos.

Resumen del partido:

Gamba Osaka 0 - Yosuke Fujigaya // Takuya Takei, Tatsuya Uchida, Sota Nakazawa, Akira Kaji // Tomokazu Myojin, Yasuhito Endo // Takahiro Futagawa (Shoki Hirai '91), Takashi Usami // Adriano, Lee Keun-Ho (Hayato Sasaki '67) [4-2-2-2]

Cerezo Osaka 1 - Kim Jin-Hyun // Yusuke Maruhashi, Taikai Uemoto, Kota Fujimoto, Daisuke Takahashi // Martinez, Kim Bo-Kyung // Takashi Inui (Rui Komatsu '45), Hiroshi Kiyotake, Shu Kurata (Masaki Chugo '45) // Rodrigo Pimpão (Ryuji Bando '92) [4-2-3-1]

Goles: 0-1 Daisuke Takahashi '88 (ver gol)

Tarjetas: 4 amarillas. 2 para Gamba Osaka, Akira Kaji ['61] y Yosuke Fujigaya ['67] y 2 para Cerezo Osaka, Takashi Inui ['0] y Ryuji Bando ['93].

Árbitro: Alireza Faghani (Irán). Le pidieron un penalti sobre Usami que no era. Actuación positiva. Línea de arbitraje inglesa, permitiendo contacto.

Otros: Estadio Osaka Expo '70. Casi lleno, 16.463 espectadores. Cerezo Osaka por primera vez cuartofinalista de Champions League.

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