Esta noche ha comenzado el Mundial de la FIFA para la categoría sub 17, donde todas las perlas de las canteras de 24 países diferentes se dan cita en suelo mexicano para alzarse con el título de mejor equipo del mundo con jugadores nacidos antes de 1994. Hoy abrían dicho Mundial 2 partidos que compartían línea horaria, pero el que sin duda llamaba más la atención era ese Francia-Argentina que se iba a disputar en Monterrey.
Francia llegaba a este partido -que podía ser perfectamente un choque de las rondas finales- después de demostrar haber sido una de las decepciones del Europeo Sub 17 que se disputó en Serbia el pasado mes de Mayo. Apenas era favorita para ningún analista que tuviese que decidirse sobre el Mundial, pero que pese a ello, se traía a una plantilla sólida, firme y con mucho poderío físico, que al comienzo tan solo parecía que iba a destacar por ser un bloque bien compenetrado y un equipo eficaz en los ataques puramente verticales. Traía nombres destacados en ataque como eran Adam N'Kusu, Abdallah Yaisien, Sébastien Haller o Lenny Nangis, rápidos y solventes de cara a portería, aunque apenas lo pudieron demostrar por la pronta eliminación de su país, tras empatar a 2 contra Inglaterra, a 1 contra Serbia y perder 0-1 contra Dinamarca, siendo eliminada en el grupo con 2 puntos.
Argentina venía al torneo en una situación también algo irregular. Después de ser tercera clasificada del Sudamericano Sub 17 que también se disputó este mismo año, había dejado sensaciones dispares en su juego. No sabíamos si el estilo que iba a desplegar sobre el campo el equipo de Óscar Garré iba a ser más creativo, más combinatorio o más dedicado a la tarea del contraataque. Había dejado datos muy irregulares, encajando muchos goles, aunque también marcándolos, pudiendo alcanzar esa meta del bronce en Sudamérica. El líder de esta selección, por lo que vimos en ese Sudamericano que se celebró en Ecuador, era el portero, Nicolás Sequeira, de Lanús, que pese a que no destacó por su correcto posicionamiento cuando tenía que intervenir sí demostró ser efectivo, rápido y con reflejos.
Sin embargo, lo que no sabíamos es que hoy iba a ser el día en el que un jugador que no estuvo presente en la cita de Serbia iba a revolucionar el orden ofensivo de Francia. Sin duda, una de las figuras de esta noche que han posibilitado borrar del mapa a Argentina ha sido el delantero del Olympique de Lyon, Yassine Benzia. Su desborde, su calidad individual, su facilidad en los pases y la unión que supuso entre centro del campo y delantera fue crucial para lo que aconteció en el Estadio Universitario de Monterrey en la noche de hoy.
El partido comenzó disperso, con muchísimas imprecisiones en ambos bandos. Pérdidas del balón prontas e innecesarias que permitían que el rival se acercase rápido al área. Argentina lo intentó mucho más en la primera fase del encuentro, acercándose en multitud de ocasiones a la puerta de Mpasi Nzau, principalmente por el camino que guiaban dos de sus mejores hombres como fueron Lucas Ocampos y Lucas Pugh. Sin embargo, tras el paso de los primeros 25 minutos, las tornas del encuentro cambiaron,
Francia se había acercado tímidamente en dicho tiempo a la puerta que defendía Nicolás Sequeira, pero fue a partir de entonces cuando el encuentro adquirió la tónica que mantuvo hasta el final. Una Francia que, apoyada sobre su poderío físico, decidió comenzar a llegar en multitud de ocasiones con muchos efectivos al área de la selección albiceleste. En pocos minutos, Lenny Nangis, Abdallah Yaisien y Yassine Benzia comenzaron a acorralar y a bombardear a la defensa argentina, aprovechando algunos de sus fallos producidos por el nerviosismo -típico en partidos inaugurales- y por el tremendo calor de Monterrey, donde había unos 36º de temperatura. El desgaste argentino aumentó exponencialmente y los agujeros defensivos comenzaron a multiplicarse por momentos.
Tanto, que en dos muy buenas jugadas, casi seguidas y casi iguales, Francia logró adelantarse en el marcador en apenas 3 minutos. Dos jugadas rápidas de los potentísimos delanteros franceses acabaron con el balón detrás de la línea de gol. En primera instancia, un gol que, tras un triple recorte de Lenny Nangis a Marco Pinto, quien puso un excelente centro desde la parte derecha del ataque, remató completamente solo Haller; y un segundo de Benzia, quien logró ganarle en el duelo individual a Báez, único defensor hábil en esa jugada. La altura y la potencia física fueron las armas principales de los franceses para acabar con la moral y el juego argentino.
Cuando expiraba el primer tiempo, Benzia aumentó la brecha con otra jugada, esta vez rápida y a la contra, el estilo francés que se esperaba al comienzo, culminando una jugada vertical muy potente ante la que apenas pudo hacer nada la defensa argentina.
Con la losa y el mazazo del 3-0 en el marcador, llegó el descanso, y tras él, una cantidad abundante de jugadas ofensivas desesperadas de Argentina para intentar evitarse un goal average inicial de -3 en un grupo en el que sufrirán para pasar con una buena Japón. Sin embargo, la impotencia y la desesperación hacían de estas jugadas tiros ligeros, sin fuera ni potencia, o bien lanzamientos hacia fuera de los tres palos de la puerta defendida por un Mpasi Nzau que fue un mero espectador del encuentro.
Argentina comenzó a desesperarse del todo. No le salía nada, y pronto comenzó a fragmentarse. El equipo no basculaba hacia los ataques de Francia, que se sucedían cada vez más. Principalmente a causa de dos motivos: el poderío y aguante físico, que permitían rápidos robos de balón en zonas peligrosas para la albiceleste, y la rapidez de los contraataques en Yaisien, Nangis, Benzia, Haller y N'Kusu cuando salió avanzado el segundo periodo. Incluso hubo multitud de ocasiones peligrosas que se fallaron inexplicablemente por N'Kusu o Haller en dos ocasiones, que estuvieron a punto de hacer que el resultado fuese escandaloso.
Fue extraño también que Óscar Garré no diese entrada a Lucas Vera Piris, el delantero de Lanús, un delantero que es siempre una referencia fija arriba, y sí que diese entrada al también delantero Martín Benítez en el momento en el que Argentina podía reengancharse al partido. Un Benítez que juega y jugó en una posición más variable en la delantera. El hecho de no tener una referencia clara arriba restó aún más las posibilidades de Argentina.
Viendo lo imponente y lo eficaz de las jugadas ofensivas de Yassine Benzia, delantero del Olympique de Lyon, surgió la pregunta de por qué un jugador con tanto desborde y tanta calidad no contó para los de Gonfalone en el Europeo de Serbia. Es uno de los jugadores a tener en cuenta del torneo.
Argentina arrojó al poco del final la toalla. Le era imposible acercarse a la portería de de Mpasi Nzau y se tuvo que conformar con no encajar más de 3 goles. Recuperaba así Francia el favoritismo en un grupo en el que se le discutía, y metía en un lío a la selección de Garré, que tendrá que luchar con Japón -y Jamaica, aunque planteará menos problemas- si quiere sobrevivir en el torneo. Por su parte, Francia se ha allanado muchísimo el terreno para avanzar a la siguiente ronda, teniendo que salvar el escollo duro de Japón, pero con muchísima menos tensión de la que se le presuponía.
Ficha del encuentro:
FRANCIA Sub17 3 - Mpasi Nzau, Ikoko, Mendy, Calvet, Zouma, Tameze, Meité, Nangis, Yaisien (Tiemoué Bakayoko '86), Haller (Jordan Vercleyen '77), Benzia (Adam N'Kusu '77).
ARGENTINA Sub17 0 - Sequeira, Báez, Pinto, Beloso, Iñíguez, Ocampos, Brian Ferreira (Martín Benítez '65), Padilla, Carreras, Allione (Jonathan Silva '55), Pugh (Matías Montero '45).
Goles - 1-0 Yassine Benzia '35 ; 2-0 Sébastien Haller '38, Yassine Benzia '45.
Árbitro - Roberto García Orozco (México). Una sola amarilla para Benjamin Mendy ('63) tras un pisotón. Sin incidencias.
Otros - Estadio Universitario, Monterrey. 36º de temperatura. 16.200 asistentes.
Como apunte, acabar diciendo que en el otro grupo, México le remontó y ganó 3-1 en su partido inicial a Corea del Norte, una selección con una buena generación de jóvenes talentosos, que dio muy buena imagen en el Campeonato Asiático Sub 16.
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