martes, 9 de agosto de 2011

Despiezo de las aspirantes al Mundial U20

Comienza lo serio. Tras ver una interesantísima fase de grupos, el Mundial U20 de Colombia 2011 llega a su fase final, donde las 16 supervivientes tendrán que ganar todo lo que les queda por delante para suceder a Ghana como campeones de la categoría, campeones –en definitiva– del segundo trofeo más importante a nivel de selecciones organizado por FIFA. Así juegan –o así es el despiezo– de las 16 mejores selecciones del Mundo sub 20:

Portugal, creativa pero en busca del punch ofensivo

Portugal es una selección que ha demostrado saber cómo crear fútbol y cómo hacer daño a las defensas rivales, explotando sus principales recursos en ataque. Sin embargo, adolece quizá de una ligera falta de definición arriba. Se notó –sobre todo– ante Uruguay, cuando Saná Camará y Pelé –sobre todo el reciente fichaje del Real Valladolid, quien se perfiló como mejor jugador de la selección, pasando todos los balones por sus botas y creando jugadas por izquierda, por el centro y hasta culminándolas él mismo con grandes carreras– no hacían más que inventar jugadas ofensivas, utilizando a Sérgio Oliveira de apoyo para que Nélson Oliveira o Rafael Lopes las culminasen, sin éxito, eso sí. Cuando se supo la baja de Saná Camará por una mialgia a causa del esfuerzo en ese partido, Portugal tuvo que hallar un nuevo centro del campo que proporcionase lo mismo que se veía con el jugador de descendencia de Bissau en el césped. Ahí apareció para asumir su rol Júlio Alves –propiedad del Atlético de Madrid– con el que se disimuló la baja, aunque sin hacer suficientes méritos como para sacar a Saná del XI ideal de su selección en la fase de grupos. Con la entrada de Alex por Sérgio Oliveira –algo más retrasado de lo que es natural para el delantero del Santa Clara– se mejoró la conexión mediocampo-delantera, haciendo que Nélson Oliveira y Caetano, sustituto éste último de Lopes tras la falta de definición en el 0-0 ante Uruguay, recibiesen más balones. De esta mayor capacidad de conexión vinieron los dos goles que le han bastado al combinado luso para irse a los Octavos de Final. Pese a las cifras numéricas, hay que estar atentos de un combinado que si recupera a Saná y aplica las ideas que Vale aplicó para mejorar ese problema antes mencionado, puede ser un equipo muy peligroso y goleador. El Euro U19 de 2010 y el reciente Torneo de Toulon están atrás: esta Portugal es la versión mejorada de aquellas escuadras.

Guatemala, de rebote y por sorpresa

Así es como se ha colado el cuadro dirigido por el paraguayo Ever Hugo Almeida. Cayeron 5-0 ante Nigeria, 6-0 ante Arabia Saudí y tan solo la indolencia de una decepcionante y pésima Croacia han permitido que el equipo mesoamericano vaya a ser el rival de Portugal en Octavos de Final. Sin embargo, el formato del torneo –con 24 selecciones y con ranking variable de terceras de grupo– han permitido que un sólo gol, el de Ceballos ante Croacia, el primero de Guatemala en la historia de los Mundiales Sub 20, sea suficiente para pasar a la siguiente ronda pese a haber encajado 11 tantos. Croacia estuvo muy mal ante los guatemaltecos, pero éstos mejoraron exponencialmente con respecto a su bajo nivel de los dos primeros encuentros. Con un cambio casi total en la zaga por lesiones, con José Lémus retrasado, Manuel Moreno, Elías Enoc Vásquez y José Andrade, la defensa dejó de ser tan "coladero" como en anteriores ocasiones. Con Marco Rivas como volante de contención, la línea que está justo delante suyo es lo mejor del equipo. Una línea de cuatro hombres –tres si juega Cristian Lima en vez de José Carlos Castillo– compuesta siempre por Marvín Ceballos –ya héroe nacional tras ese gol, apto como extremo para cualquiera de las dos bandas–, José del Águila y Kevin Norales que aporta verticalidad y posee la manija en ataque del equipo. Normalmente ellos son los encargados de comenzar las jugadas. Apenas se puede decir más de los de Ever Hugo Almeida, quizá destacando para concluir a los jugadores aptos para la delantera, incluso compatibles como parejas en otro sistema: Gerson Lima, Henry López y Kendell Herrarte. Agradecer también, para concluir, la ayuda de Gustavo Aguilar, amigo guatemalteco, para la colocación de los hombres de su selección tras los diferentes cambios por lesión del seleccionador paraguayo.

Argentina, buena en lo individual aunque no tanto en lo grupal

El seleccionado de Walter Perazzo ha dejado distintas y diferentes sensaciones con el paso de los partidos. Quizá el título que encabeza su apartado sea lo más destacable. Un conjunto lleno de individualidades de gran calidad, –como, principalmente, las del centrocampista de la AS Roma Erik Lamela y el delantero del FC Porto Juan Manuel Iturbe–, pero al que le falta algo de talento asociativo y colectivo para tener un puesto alto en la tabla de aspirantes al título mundial. En defensa, el nivel visto es de aprobado, quizá con algunos problemas por banda izquierda propiciados, sobre todo ante México, por un Nicolás Tagliafico al que le faltó algo de contundencia defensiva al inicio del campeonato. En el centro del campo, destaca la verticalidad de Lamela, el despliegue por bandas de Alan Ruiz y Roberto Pereyra y, en la delantera se encuentra la que posiblemente es la mayor pega del cuadro albiceleste: a Iturbe le falta físico y Facundo Ferreyra no recibe tantos balones como suele recibir un delantero. De ahí que poner 90 minutos a Iturbe arriba pueda propiciar una lesión y haya que irlo reservando, y que Ferreyra tenga que bajar más de lo que le corresponde a recibir balones. Es un delantero que no ve puerta tanto como debería, por lo que hace que le restemos calidad en la definición a un seleccionado argentino al que sin esa pega podríamos verle golear con más frecuencia.

Egipto, pisando fuerte gracias a su enorme fondo de armario

El cuadro de los faraones, dirigido por Diaa El-Sayed desde el banco, destaca por su capacidad ofensiva y su orden táctico. Nadie improvisa, todos asumen su rol en el verde resultando de ello un equipo que apenas da pie a la improvisación y que, pese a lo que pueda parecer, no se hace previsible. Siempre tienen un as bajo la manga y cambian su estilo de juego según las situaciones con un criterio digno de ser recalcado. El once que aparece a la derecha es una pequeña referencia de una de las variantes de los faraones, dispuesto en 1-4-5-1 (como ante Panamá), aunque ante Austria, con cambios en casi todos los puestos y, sobre todo, con la titularidad del volante ofensivo Mohamed Ibrahim, ganaron en pegada y golearon al equipo centroeuropeo por 4-0. Su entrada eliminó del once a Ahmed Tawfik, un centrocampista de contención que tácticamente se puede decir que sobraba debido al orden y la rigurosidad defensiva (apenas le hacían ocasiones de peligro). De ahí que el centro del campo se volviese más ofensivo ante Austria y mejorase sintomáticamente. La pareja Mohamed SalahMohamed El-Neney es también una de las señas de identidad de Egipto, ya que son los encargados de crear juego y distribuir por centro (cuando está Mohamed Ibrahim) y por bandas (a Saleh Gomaa, a Ahmed Nabil "Manga" o a cualquiera de sus sustitutos). También es variable el puesto de Mohamed Hamdy, ya que Ali Fathy también ha demostrado nivel en el puesto de referencia ofensiva. Esta gran polivalencia y enorme variedad de plantilla hace que Egipto sea una selección temible, la mejor ordenada de las representantes africanas que sobreviven en el torneo.

Camerún, con contundencia física

Quizá sea el representante africano que más fiel se ha mostrado al patrón siempre atribuido a las selecciones CAF. Han vivido en el torneo, principalmente, gracias a su potencial físico, que les permitía aguantar frescos más minutos que sus rivales e impregnar de mayor velocidad sus jugadas ofensivas y sus transiciones en ataque en los últimos minutos de los partidos. Sin embargo, pese a ello, sí son tácticamente ordenados, con jugadores que dejan destellos de calidad, como Emmanuel Mbongo, Yazid Atouba, Frank Ohandza y, sobre todo, Christ Mbondi. El delantero del FC Sion es el jugador que está en todas partes en esta Camerún. Se mueve con libertad por su zona y en la zona de extremo, sirviendo incluso centros envenenados para que su teórica pareja, Ohandza, remate dichas jugadas. Un Ohandza goleador en la liga tailandesa con Buriram PEA y compañero de equipo y de selección sub 20 de Clarence Bitang, volante ofensivo con minutos y que fácilmente podría entrar en el XI ideal. El problema de la escuadra de Martin Mpile Ndtoungou está en las cercanías de Jean Efala: la defensa. Yaya Banana es el único jugador férreo en dicha línea. Maxime Mengue es la solución que puso el entrenador a los reiterados fallos atrás y pérdidas del esférico de Eric Nyatchou. Ambroise Oyongo e Idriss Nguessi ofrecen apertura y tímido desdoblamiento por bandas, aunque Serge Tchana –del Torre Levante de categorías regionales en la Comunidad Valenciana– también cuenta para el lateral diestro pese a su garrafal error ante Nueva Zelanda. No se le puede quitar ni poner una coma a la actuación de Franck Nkom y Hervé Mbega –canterano del RCD Mallorca– en el medio campo, aptos como línea de creación o, incluso, de doble pivote. Este cuadro es, sin duda, una de las incógnitas. Se ha colado por encima de una decepcionante Uruguay, segunda mayor decepción del campeonato tras Croacia. El tiempo dirá.

México: aurea mediocritas

Utilizando el término de Horacio se puede definir bien al Tri sub 20. El equipo de Juan Carlos Chávez se queda a medio camino entre lucirse y destacar y la decepción. Los nombres, el sistema y las ideas están claras, pero falta ejecución y culminar, ese último paso hacia las victorias. Bien es cierto que la línea Jorge Enríquez, Diego de Buen y Carlos Orrantía da el máximo en las tareas de creación y en lo asociativo, incluso también dando buen nivel en la solidaridad defensiva, pero Erick Torres y Taufic Guarch no culminan. Quizá porque no reciben o quizá porque desentonan, pero les falta algo. Es parecido al problema argentino pero quizá más acentuado. A Ulises Dávila, delantero reconvertido en media punta, se le ve la intención de solucionar esta descoordinación interna cubriendo el rol de box to box, e incluso intentando acabar él algunas jugadas, lo que hace que le veamos más y casi le tengamos que nombrar mejor jugador de México hasta ahora, pero este problema, que no parece de sistema ni de nombres, hace que México también sea una incógnita en estas rondas finales del Mundial. El trabajo de los defensores es satisfactorio, con César Ibáñez y Diego Reyes subiendo sus respectivas bandas y con Néstor Araujo y Kristian Álvarez funcionando de centrales cerrojos en cada ocasión del enemigo. Se enfrentan ante Camerún en uno de los cruces de Octavos de Final más igualados a priori, por lo que, como dije con el cuadro africano, sólo es cosa de esperar.

Colombia, mucho más que los organizadores

Los hombres de Eduardo Lara han demostrado en esta impecable fase de grupos que son candidatos al título mundial, y apenas tiene a aspirantes por encima en esa tabla virtual de favoritismo. Tienen nivel en todas las líneas y jugadores de calidad excelsa en casi todos los puestos, lo que les garantiza la superioridad ante casi todos los equipos del Mundial. Delantera de diez con Luis Fernando Muriel –suplente el año pasado en el Granada durante su cesión, ya ha regresado a un Udinese que lo acaba de ceder al US Lecce– y José Adolfo "Trencito" Valencia, hijo de Adolfo "El Tren" Valencia; quienes han dado un auténtico recital de fútbol ofensivo durante todo el torneo. Centro del campo con chispa, verticalidad y solidaridad defensiva, con las subidas por bandas de Juan David Cabezas y, sobre todo, de James Rodríguez, el jugador del FC Porto –apto también para delantero por la zona izquierda acompañando a Muriel y Valencia– , candidato sin duda a mejor jugador del torneo, y con Michael Ortega y Didier Moreno en calidad de asistentes de lujo viendo huecos donde no los ve nadie para pases y asistencias realmente estéticas. Defensa sólida con Pedro Franco y Jeison Murillo –jugador del Granada– en la zona de centrales y con Héctor Quiñones y Santiago Arias funcionando como laterales y extremos (debido a su desdoble y a las subidas continuas de James y Cabezas). Y por si es poco, un Christian Bonilla en puerta –jugador de Boyacá Chicó cedido por Manchester City– que ofrece seguridad cuasi absoluta y paradas para mantener limpio el marcador. Mucho cuidado con los cafeteros en éste su Mundial.

Costa Rica, viviendo de desborde ofensivo y su variedad esquemático-estilística

Una variedad esquemático-estilística que le permite sorprender a los rivales pero que en ningún caso es tan amplia y efectiva que la realizada, por ejemplo, por cuadros más ordenados como era el caso de Egipto, analizado anteriormente. Los hombres de Ronald González han demostrado en la fase de grupos que en Costa Rica hay futbolistas de calidad, pese a quizá el menor rigor táctico de su fútbol. Con jugadores a los que ya vimos en la Copa América como Francisco Calvo como central zurdo, o Joel Campbell, al que también vimos en Copa de Oro Sub 20 y absoluta, además de en la cita de Argentina 2011, y con más jugadores del plantel destacados, como Javier Escoe o Juan Bustos Golobio. Jugadores que, junto a John Jairo Ruiz y el tándem Campbell-Bryan Vega, dan pie a ese desborde ofensivo y a la variedad esquemática que ofrece variadas posibilidades a los ticos. Una de ellas, la que mayor rendimiento parece ofrecer, es la dispuesta aquí a la derecha, con Campbell volcado en la derecha, Vega en la izquierda, Escoe en el medio como segundo punta y J. J. Ruiz como referencia ofensiva. Otra, también eficaz y que, por ejemplo, puso contra las cuerdas a España cuando el marcador era de 0-2 y 1-2 (al final, 1-4), consiste en colocar a Ruiz más retrasado y más a la derecha, a la altura de Escoe, jugando cada uno por el centro y su banda, con Vega y Campbell como delanteros, los cuales no dejan tampoco de recorrer el camino bandas-centro, lo cual incordia mucho a los defensores rivales. Veremos si esta característica les permite tener opciones ante una Colombia que parece muy favorita en el cruce de Octavos de Final.

Nigeria, en una visión global, la mejor de África en todos los aspectos del juego

Si pusiésemos notas numéricas a las diferentes facetas del juego a todas las selecciones y sacásemos la media aritmética, seguramente toparíamos con que Nigeria está con un overall muy elevado, entre las mejores del Mundial y, sin duda, la mejor de África. El cuadro de John Obuh tiene talento individual, calidad asociativa, visión de juego, rigor táctico suficiente, una defensa notable y punch ofensivo. De las más favoritas al título junto a Colombia y otro selecto grupillo de selecciones. Sobre todo, a nivel individual, se ha de premiar con reconocimiento, la labor ofensivo-creativa de Ahmed Musa (VVV Venlo), mejor jugador de Nigeria, quien gracias a su calidad, alterna la zona de centrocampista por izquierda, extremo zurdo e, incluso, delantero puro. Aunque su zona más natural es donde se encuentra en el once dispuesto a la izquierda, compartiendo línea de 3 efectivos junto a un ofensivo Edafe Egbedi, jugador muy ofensivo, apto para la delantera, aunque desempeñe labores de segundo punta, y Abdul Ajagun, extremo derecho, con calidad y recorrido por su banda. A estos tres hay que añadir a Olarenwaju Kayode, referencia ofensiva, para tener una de las delanteras más peligrosas del campeonato, los cuales reciben balones del doble pivote Philemon Daniel-Ramon Azeez, que rinde a buen nivel y, en ocasiones, también se incorpora al ataque. Un Ramon Azeez, canterano de la UD Almería, que tampoco está dejando malas sensaciones, sino más bien lo contrario, con criterio y buenas actuaciones en el torneo.

Inglaterra, poco y nada

Sin ideas, nada original, decepcionantemente previsible, casi antiestética y sin más recursos que lo dispuesto. Así de dura es la visión que ha de hacerse de una Inglaterra que no ha demostrado casi nada para meterse en Octavos de Final. El benevolente formato del torneo les ha permitido meterse en esta ronda con 0 goles a favor y 0 en contra. Tres ramplones puntos que apenas dejan lectura. Saido Berahino, el atacante de West Bromwich Albion, desaparecido. El tridente teóricamente ofensivo compuesto por Billy Knott, Jason Lowe y Reece Brown, con lagunas de idea futbolística, saturando el juego por el centro y dejando a los jugadores de banda a su amparo. Matt Phillips, por ello, prácticamente desaparecido también en el juego de los de Brian Eastick, y Callum McManaman –canterano del Wigan Athletic y familiar lejano del retirado Steve McManaman– dejando detalles de calidad por su banda izquierda gracias a su talento individual, ya que, previsiblemente, tampoco se le hubiese visto demasiado de no ser por esa circunstancia, y posiblemente hubiese quedado desamparado por ésa su zona, como a Phillips por la suya. Lo único salvable, además de McManaman, del cuadro británico, son sus laterales, Ben Gordon (sustituto de Blair Adams por lesión) y Adam Smith, con salida por las bandas, y su portero, Jack Butland, canterano del Birmingham City, que ofrece seguridad atrás –parando incluso penaltis– y que ha permitido que Inglaterra no encajase ningún gol con actuaciones de calidad. Aunque ya se sabe, si de un equipo, destaca el portero… Previsiblemente, caerán tarde o temprano, no tienen vitola de favoritos.

España, extrañas sensaciones, pero efectividad

Pese al marcador de victoria por 1-4 ante Costa Rica en el inaugural del torneo, la mayoría de analistas se mostraban –yo entre ellos– bastante escéptico con el rendimiento y las ideas tácticas de Julen Lopetegui. Había algo en esa selección que no gustaba, pero tampoco se veía tan claro el qué. Era una disfunción interna que hacía a España previsible, muy repetitiva por el centro, sin casi desborde ofensivo y sólo atenta por momentos a los errores ajenos. Sin embargo, con el paso de los partidos, este virus no se convirtió en pandemia y las mejoras estéticas fueron llegando. En primera instancia ante Ecuador, cuando vimos un centro del campo más desatascado, con la inclusión desde la titularidad de Sergio Canales –cedido por el Real Madrid al Valencia–, Recio y Kiko Femenía –ya jugador del FC Barcelona B–. Jorge Resurrección "Koke" no había demostrado lo suficiente como para quedarse de titular. Con el centro más oxigenado, España sí ha demostrado tener jugadores ofensivos de calidad de sobra, como Dani Pacheco, Álvaro Vázquez –ahora mismo, máximo goleador del Mundial tras su actuación ante Australia–, Rodri Moreno, jugador del Benfica, quien se apareció ante la mayoría contra Costa Rica demostrando tener olfato de killer, o Isco Alarcón –jugador recientemente traspasado por el Valencia hacia el Málaga aunque sin ficha con el club andaluz por una denuncia de los del Turia por supuesto impago del jeque malaguista–. Atrás, en la portería, Aitor Fernández, que partió titular ante Costa Rica, se perderá todo el torneo por lesión, siendo sustituido por el arquero del Real Madrid Castilla Fernando Pacheco. La defensa ha dejado alguna que otra duda en jugadas aisladas, sobre todo, Jorge Pulido y Antonio Luna, a los cuales su bajón físico con los minutos les hacen tener pérdidas de balón graves o no llegar a jugadas cruciales en defensa. Sin embargo, y con todos estos pequeños agujeros aparentemente ya tapados, los de Lopetegui son serios candidatos al título, ya que como cualquier selección española en cualquier categoría, el juego de toque y de pase que les caracteriza desde el comienzo de la época dorada del fútbol español, añade algunos pluses de favoritismo.

República de Corea, donde el orden táctico es el baluarte principal

El seleccionado asiático, dirigido por Kwang-Jong Lee ha demostrado tener nivel y calidad suficientes como para pasar, pese a hacerlo como tercera por una injusta derrota ante Francia en el grupo. Como siempre que se habla de la República de Corea, el rigor táctico es el sello que siempre llevan los equipos. Posiciones y roles establecidos, casi fijos, ejecutando casi siempre las mismas labores y casi siempre a buen nivel. Lo único que les falta para ser un equipo de excelente nivel es la conexión entre el centro del campo y Seung-Yong Jung. Esta labor se hace bastante difícil en el equipo coreano, ya que pese a los diferentes intentos de los compañeros, con centros de los extremos Kyung-Jung Kim y Sung-Dong Baek, y pases del media punta Sung-Keun Choi, el 10 está normalmente aislado arriba, sin recibir balones y, por ello, sin poder definir y hacer goles para la República de Corea. Es la única pega que se le puede poner al equipo, puesto que el doble pivote Il-Rok YunYoung-Uk Kim funciona, no sólo en la recuperación y la labor defensiva, sino en el juego ofensivo, creando jugadas. Muy buen nivel y bonitos detalles del segundo de ese par, el volante de Chunnam Dragons Young-Uk Kim. La defensa es sólida, con salida por bandas de unos Ki-Je Lee y Chang-Woo Lim que se desdoblan con asiduidad y con la contundencia de Jin-Su Kim y Hyun-Soo Jang, el capitán, en la pareja de centrales. Quizá la pieza que ofrece más inseguridad es el portero, Han-Bin Yang, con algunas salidas a deshora y fallos que provocan situaciones de riesgo para su equipo. Sin embargo, la República de Corea es una selección bien organizada, su principal característica y con la que buscan eliminar a una de las favoritas en Octavos de Final, la España de Julen Lopetegui.

Brasil, respetando las señas de identidad del fútbol nacional

En un grupo bastante apacible, los de Ney Franco han demostrado que el juego y el estilo brasileño vive en todas las categorías de la Canarinha. Características tan brasileñas como el desdoblamiento completo de laterales, que se convierten en extremos, o la incorporación de todos los hombres disponibles en las jugadas ofensivas –ya sea o no a balón parado– se aprecian también en este combinado sub 20 que deja por ahora muchos nombres. En defensa destaca la pareja de centrales, compuesta por Gabriel Silva y Bruno Uvini, quienes no dejan pasar a un sólo rival y también se incorporan, incluso, satisfactoriamente a algunas jugadas de ataque. Para seguir con la lista de destacados, en el centro del campo señalar a Fernando como volante defensivo –lesionado ante Panamá en el último partido del grupo–, Dudu como jugador más de ataque, Henrique Almeida como segundo punta, Oscar dos Santos en sus incorporaciones por izquierda, el polivalente Casemiro Henrique –jugador de mucha clase en el centro del campo, ya sea por derecha o por el centro– y, en la delantera, Willian José, también de excelsa calidad, ahora en São Paulo, y Philippe Coutinho, ya en el Inter de Gasperini. Todos estos jugadores componen un listado que convierte a Brasil en una selección que apunta directamente al título mundial.

Arabia Saudí, sólidos, físicos y efectivos

No mucho más se puede decir del combinado de Khalid Al-Koroni. Los saudíes son un equipo vertical, asociativo y sólido, con buen nivel en lo físico, aguantando bien el cansancio en las piernas. En la zaga no hay aspecto más recalcable que la posición de Salem Al-Dawsari, teórico lateral reconvertido a extremo izquierdo en su totalidad, quien hace que pese a que el equipo parezca tener una defensa de 5 efectivos, tan sólo haya 4 puros –por poner un caso parecido, aunque en este ejemplo, en la otra banda, ocurre lo mismo que con Weiser en Alemania sub 17 en el pasado Mundial–. No se puede tampoco decir nada negativo de los centrales,  Mohammed Al-Fatil y Abdullah Al-Hafith, compenetrados y sin apenas errores, ni de los centrocampistas Ibrahim Al-Ibrahim, Maan Khodary, Yasir Al-Fahmi y Abdullah Otayf. Quizá, a nivel individual, el jugador que más destaca en este equipo es el delantero centro, Yahya Dagriri, jugador con un gran olfato de gol, que pelea por todos los balones que puede y acaba jugadas con buena definición. Pueden plantear problemas a cualquiera de los grandes, por lo cual no se ha de despistar Brasil en el cruce de Octavos de Final que los enfrenta.

Francia, anarquía posicional

En el cuadro de Francis Smerecki cunde el desorden y la anarquía táctica. Sin dar en ningún momento sensación de orden o de ideas claras, el equipo bleu ha buscado el gol en los diferentes partidos fuese como fuese. Con Gaël Kakuta rindiendo a un nivel más bajo del esperado, nos hemos encontrado con un once ofensivo sin organizador claro, por lo que Antoine Griezmann, Gilles Sunu, Gueïda Fofana e, incluso, Francis Coquelin (o su sustituto en ocasiones Clément Grenier), ambos de corte más defensivo, también se han visto contagiados por esta forma de vida del combinado galo. Si a esto se le añade el hecho de que el teórico delantero titular, Cédric Bakambu, también está rindiendo por debajo de lo esperado y suele ser sustituido por un Alexandre Lacazette que deja mejores sensaciones, el equipo francés deja la imagen de ser una continua cascada de ocasiones, una precipitada emboscada hacia la portería rival que deja huecos en el medio por donde salir rápido al contraataque. Tras dar esa sensación ante Colombia, Francia también ha demostrado tener pocos recursos originales para solventar esta situación. Ante la República de Corea –partido en que mejor se ve esto– los primeros minutos dieron esa sensación típica: emboscada continua, con precipitación y errores, sin ser en ningún caso dominadores de la posesión ni del partido. Consiguieron adelantarse 1-0 con un afortunado gol y, para no perder esa ventaja, entregaron totalmente el dominio del encuentro a una República de Corea que, apoyándose en su excelente orden táctico, en que Francia se echó descaradamente para atrás y en sus ideas, fueron progresivamente penetrando en la zaga de Francia, poniendo contra las cuerdas a los de Smerecki y empatando el partido, pero cayendo al final injustamente con un desafortunado gol en propia portería y un gol tardío para cerrar el partido (3-1) en las postrimerías del mismo. La zaga no destaca, sino que se acerca a la decepción, con un Sébastien Faure poco contundente, como Kalidou Koulibaly, y un Jonathan Ligali que no transmite suficiente seguridad. Pese al desorden, consiguen goles, son efectivos; ¿suficiente para pasar rondas?.

Ecuador, buen nivel colectivo sin excesivas individualidades

El seleccionado nombrado por Sixto Vizuete no destaca por no tener muchas individualidades, más allá de la calidad aportada por Edson Montaño (KAA Gent) y por Marcos Caicedo, pero sí posee un talento grupal y asociativo que hacen del cuadro ecuatoriano un equipo que se ha colado en Octavos de Final por méritos propios. Con una zaga sólida y compenetrada, donde sobresale Dennys Quiñónez, el central, acompañado por Edder Fuertes, John Nevárez y Mario Pineida, y un centro del campo que sabe ayudar a la defensa e incorporarse al ataque compuesto por Fernando Gaibor, Juan Govea y Andrés Oña (éste último siendo el más defensivo de la línea), Ecuador logra sumar el talento colectivo a las individualidades que están arriba, las ya mencionadas junto al extremo de Deportivo Quito Marlon de Jesús. No hay muchos más recursos, ni tácticas sorprendentes más allá del clásico 1-4-3-3 con John Jaramillo en la portería, el arquero el de LDU Quito que ha dado buenas sensaciones y ha aportado seguridad a un cuadro que la necesita para no acabar con el trabajo enorme que hacen en lo colectivo. Cayeron ante España dando buena imagen, ganaron con solvencia ante Costa Rica y tropezaron sin merecerlo en exceso siendo empatados en el último minuto en el partido contra Australia. Francia será la primera piedra de toque para este conjunto en los Octavos de Final, un duelo que tampoco está descompensado pese a lo que transmiten los nombres tirando de historia.

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