viernes, 20 de julio de 2012

Dañina dualidad

La República de Indonesia, ubicada en el sudeste de Asia, es el cuarto Estado independiente más poblado del mundo con más de 237 millones de personas ocupando los territorios isleños que, en suma, hacen del país el 15º más extenso del planeta. Su cultura deportiva es amplia en todos los aspectos, pero el fútbol allí siempre ha quedado a la sombra de los éxitos en bádminton. Es innegable que, como ocurre a nivel continental, su fútbol está experimentando cambios y se encamina hacia un crecimiento exponencial.

La selección nacional ha estado una única vez en un Mundial (Francia 1938), donde acudió bajo el nombre de Indias Orientales Neerlandesas por el control de la zona por parte de los Países Bajos, y fue vapuleada (6-0) por una selección de Hungría que acabaría siendo subcampeona. Eso queda demasiado lejos. Los motivos que tienen los indonesios para creer en su fútbol están mucho más cercanos en el tiempo. Uno de ellos, y de peso, es la presencia continuada de su selección en la AFC Asian Cup. La primera aparición fue hace 16 años, y se encadenaron 4 presencias consecutivas (1996, 2000, 2004 y 2007), siendo la última por motivos de coorganización junto a Malasia, Tailandia y Vietnam. Aunque nunca se superaron las Fases de Grupos, hubo victorias y buenos partidos que dejaron buen sabor de boca en el país.

Reims (Francia), 5 de junio de 1938. La selección de las Indias Orientales Neerlandesas posaba antes de empezar su primer y único partido en un Mundial ante Hungría.

La Federación Indonesia de Fútbol, PSSI, quiso de alguna manera aprovechar el buen momento del fútbol patrio y convertir la liga local en una liga completamente profesional. Hasta la temporada 2007-08, la Premier Division era la máxima categoría del país, una liga semiprofesional de 36 equipos divididos en dos grupos en función de la proximidad geográfica y con sistema final de play-off. Fue tras esa campaña cuando se decidió aunar a los equipos más potentes futbolísticamente –y en algún caso, económicamente–, para crear una nueva categoría por encima de la Premier Division, completamente profesional, sin grupos y con un acceso más directo a las competiciones asiáticas. Con el acuerdo comercial firmado con la tabacalera local Djarum, en 2008 se pudo dar el pistoletazo de salida a la Indonesia Super League.

El sistema instaurado y las reformas efectuadas gustaron inicialmente tanto a clubes como a aficionados. El formato resultó ser mucho más competitivo y permitió el crecimiento del fútbol de clubes indonesio con la presencia de únicamente 18 equipos que se enfrentan entre sí en 2 vueltas, imitando el formato europeo o de las mejores ligas de Asia. Además, la PSSI decidió dejar la histórica Premier Division con sus grupos como la nueva segunda división, facilitando una imitación del formato inglés con descensos de categoría y un sistema piramidal de ligas hasta un total de 5 divisiones. Los trámites burocráticos de registro de esta nueva Super League se prolongaron excesivamente en el tiempo, e Indonesia fue multada por la AFC y se quedó sin representación posible en la Champions de 2008. No obstante, tras la consolidación de la Super League, Indonesia se colocó como la 8ª mejor liga del continente y tenía derecho a dos puestos en la máxima competición continental, uno de ellos directo a la Fase de Grupos.

Pero la profesionalización de la liga no era completa. Arifin Panigoro (Bandung, Indonesia, 1945) es un exitoso empresario indonesio, creador del Grupo Medco, que abarca desde la obtención de petróleo y gas natural hasta los sectores alimenticio y agroindustrial, y líder del Partido de la Renovación Democrática. En septiembre de 2010, actuando como líder del llamado Movimiento Reformista del Fútbol Nacional Indonesio (GRSNI), apoyó y firmó una declaración junto con otros clubes de la Super League pidiendo cambios organizativos inminentes para evitar el colapso del fútbol del país, derivado de los gastos excesivos de la nueva liga. Crearon por su cuenta la llamada Liga Primer Indonesia, una liga en la que se diesen repartos equitativos de los ingresos (televisivos, publicitarios de multinacionales, de las entradas y de cualquier índole) y se crease un fondo económico de garantías para asegurar la viabilidad de los clubes y evitar depender de las arcas públicas. Uno de los objetivos, en palabras de Panigoro, considerado el padre de la competición, era "hacer que los clubes sean independientes financieramente y administrativamente profesionales", algo que con la Super League no ocurría según su punto de vista.

Paralelamente, a finales de 2010 y principios de 2011, Nurdin Halid (Watampone, Indonesia, 1958), político y presidente de la PSSI, afrontaba un momento convulso. Había sido tachado de corrupto en diferentes momentos desde que fue nombrado en 2003, pero en los días previos a la Final de la AFF Suzuki Cup decidió aceptar la invitación de una cena y una gala posterior que le incumbían tanto a él como a toda la plantilla y cuerpo técnico de la selección nacional. La cena y la gala estaban organizadas por el multimillonario empresario Aburizal Bakrie, propietario de un club de la Super League, pero las críticas a su persona no vinieron tanto por quién la organizaba. El que fuera entonces seleccionador, el austriaco Alfred Riedl, reconoció tras caer en la Final a doble partido (global de derrota por 4-2 ante Malasia) que esas invitaciones fueron una distracción y, literalmente, "una pérdida de tiempo para el equipo". Los aficionados se habían volcado para apoyar a la selección y que consiguiese su primer título de campeones del sudeste asiático –el tercer máximo torneo de selecciones al que pueden aspirar tras el Mundial y la AFC Asian Cup– arrebatándoselo a su máximo rival (Malasia), y el descontento fue mayúsculo. En enero de 2011 un tal Eli Cohen, desconocido incluso en Indonesia, se dedicó a enviar a las máximas autoridades políticas y deportivas e-mails acusando al presidente Halid de aceptar un soborno con dinero procedente de las apuestas en partidos amañados de Super League para financiar su campaña electoral de cara a salir reelegido como presidente, algo que se sigue investigando pero que detonó el seno de la Federación. Entre cenas, galas y sobornos, nadie se centró en el golpe sobre la mesa que había dado el bando de Panigoro.

Sin que nadie lo aprobase de forma expresa, en la temporada 2010-11 se estaban disputando paralela e independientemente la tradicional Super League y la recién creada Liga Primer. En ésta última se inscribieron 19 equipos. Pese a que muchos apoyaron a Panigoro en su solicitud, sólo 3 históricos abandonaron la Super League y uno más los acompañó abandonando la Premier Division (división a la que se desciende desde la Super League). Los otros 15 miembros de la nueva Liga Primer fueron creados en invierno de 2010 gracias a las condiciones económicas instauradas que hicieron más accesible el fútbol indonesio, al menos, de primeras –varios se disolverían tras medio año de vida–. Con toda la inestabilidad federativa, la FIFA tomó parte en el conflicto en abril del pasado año. El Comité de Normalización intervino a la Federación y tomó principalmente dos medidas: la convocatoria de elecciones, que supondría la salida de Nurdin Halid al frente de la PSSI –que había sido condenado a prisión por la justicia ordinara por otros asuntos de corrupción ajenos al fútbol–, y la presión a los miembros de la Federación y representantes de los clubes para que se reconociese únicamente una de las dos ligas, preferiblemente según su postura, la Liga Primer.

En ese momento de inestabilidad federativa, los organizadores de la Liga Primer decidieron finalizar la temporada con tan solo 18 jornadas disputadas. La Super League sí tuvo continuidad, y su campeón, Persipura Jayapura, representó al país en la Champions League, aunque de forma única y desde la Ronda Previa, debido al descenso de Indonesia en el ranking de ligas continental. De primeras, fue descalificado de la competición por la AFC al proceder de una liga no oficial, pero el TAS eximió al club, entendiendo que más de la mitad de la temporada, la liga sí era oficial. El verano pasado, la situación se volvió definitivamente insostenible.

El pasado 26 de agosto, el presidente interino de la PSSI oficializó el reconocimiento de la Liga Primer –cuyo nombre cambió a Premier League por motivos de marketing– a causa de una manipulación de las cuentas por parte del organizador de la Super League. Con esa medida, la "consecuencia FIFA" fue inminente: una vez comenzase la nueva temporada (diciembre de 2011) sólo jugadores de esa liga podrán ser convocados con la selección. Casi toda ella estaba compuesta por jugadores de equipos de una Super League que, lejos de clausurarse, se mantuvo como protesta; tanto la máxima categoría como las cuatro que tiene dependientes por debajo en su sistema piramidal. Para intentar salvaguardar la integridad de la selección, varios clubes de Super League se duplicaron, tal y como suena, de tal forma que podrían competir en las dos ligas simultáneamente. Clubes como el Persija Jakarta, el gigante Arema Indonesia o PSMS Medan lo han hecho, pero lo único que tienen en común son el nombre: ni entrenador, ni plantilla y, en algunos casos, siquiera colores.

Esas multiplicaciones han supuesto el desequilibrio total del fútbol indonesio. La Federación presiona para que los internacionales se cambien a equipos de Premier League, o incluso pasen de una plantilla a otra dentro del mismo equipo en el que están. Miembros de la PSSI hablaron personalmente con el lateral izquierdo nacionalizado Diego Michiels (Deventer, Países Bajos, 1990) para que pidiese el equivalente a un transfer request por toda esta situación y se fuese a un club de Premier League. Así lo hizo, lo que le permitió ser convocado con la selección para cubrir un puesto que quedaría vacante por culpa de la restricción. La PSSI se mostraba optimista, creyendo que todos los internacionales seguirían sus pasos, pero no fue así. No entendían por qué tenían que moverse de su club, en su ciudad, por motivos burocráticos y financieros ajenos a ellos, y el argumento de la selección no fue suficiente.

Se radicalizaron las posturas hasta tal punto que trascendió a las aficiones de los propios equipos. En los duplicados, conatos de enfrentamiento entre los aficionados del equipo de Super League con el equipo de Premier League. En los que no, casos más llamativos, los aficionados opositores a la permanencia en Super League tenían conflictos con los conformistas, por lo que la seguridad en los estadios los tenía que colocar unos separados de otros, ya no por enfrentamientos con aficionados del equipo rival sino por la división interna dentro de la propia afición. El periodista Antony Sutton reflejaba en uno de sus artículos en The Jakarta Globe varias situaciones que él había podido vivir en primera persona, especialmente, una acontecida en un partido del Sriwijaya.

"Quise ir a ver a Persija jugar contra Sriwijaya FC el domingo en Yakarta, una rara oportunidad de pillar un partido de fútbol en la capital. Sriwijaya, de la ciudad de Palembang, capital del Sur de Sumatra, había sido coronado campeón de la Indonesia Super League [2011-12] y, como se esperaba, trajo consigo a un puñado de aficionados. Un grupo, vestido de verde, llegó pronto, y hacía un ruido suficientemente considerable. Justo antes del inicio, otro grupo llegó y se situó en una parte diferente del estadio; este grupo vestía de amarillo. Estaba intrigado. ¿Por qué los aficionados de un equipo visitante lo apoyaban divididos como estaban? ¿Seguro que estaban allí con el mismo propósito, apoyar a su equipo? Acababan de ganar la Super League, ¿seguro que era tiempo de fiesta juntos? Sería lo que piensas, ¿no? Pero recuerda que esto es fútbol, al estilo indonesio, y las cosas aquí ocurren de forma diferente. Fui a hablar con el dependiente de una terraza local y le pregunté de qué iba todo esto. Me explicó que hay dos grupos separados de aficionados que se odian mutuamente. Si se colocasen juntos, ¡probablemente acabarían peleados!"

Las consecuencias se notaron también, como era y es obvio, en la selección. El primer partido con la restricción de procedencia en vigor fue el pasado 29 de febrero, cuando se enfrentaron en Riffa la selección de Baréin y la indonesia. Conforme a la nueva reglamentación, el seleccionador Nil Maizar (Payakumbuh, Indonesia, 1970) tuvo que llamar solamente a jugadores de equipos de Premier League. Al no haberse dado casos como el de Michiels, la convocatoria fue de tan solo 18 jugadores, con lo que eso supondría de cara a completar el banquillo. De esos 18, 13 debutaban como internacionales –Michiels incluido–, otros 4 vivían o su segunda o su tercera internacionalidad, y el que más convocatorias acumulaba era el delantero Irfan Bachdim  con sólo 12. Si el nivel de la selección no era muy alto en condiciones normales, se puede presuponer que iban a caer derrotados. Lo que ocurrió fue que el marcador final fue de 10-0 ante una selección que no es potente como Baréin, y que además necesitaba una victoria por 9 ó más goles de diferencia y una victoria de Irán en Teherán ante Catar para avanzar a la última ronda clasificatoria del Mundial 2014. Catar empató en el último momento, pero Baréin llegó a estar durante varios minutos clasificada. La imagen esperpéntica de Indonesia aquel día, llegando por momentos a defender con 2 jugadores los contragolpes, y con 10 sobre el campo tras un penalti de su portero a los 5 minutos, dio la vuelta al mundo. FIFA investigó el partido por supuesta manipulación por parte de los contendientes, y aunque se hubiese dado, algo que aún se sigue sospechando, deportivamente la goleada es medianamente explicable.

Baréin ganó sin ninguna oposición firme el partido ante Indonesia por 10-0 y rozó el pase a la última Ronda Clasificatoria asiática para el Mundial 2014. En la foto, Ismail Abdul-Latif, uno de los 2 jugadores locales que hicieron hat-trick ese día.

La PSSI reconoce hoy en día sólo a la Premier League, pero la Super League es más potente, con más y mejores equipos y con más patrocinadores. La FIFA ha instado a que la PSSI solucione el problema antes del ya pasado mes de junio, y actualmente atraviesan un periodo de prórroga. Las exigencias de FIFA son claras: acabar con una de las dos ligas y sus respectivas categorías inferiores subordinadas, o reunificar el sistema de ligas del país de tal forma que sólo haya una liga. El campeón esta temporada de la Super League es el mencionado Sriwijaya, mientras que de la Premier League es Semen Padang. No se sabe qué título tiene validez ni qué equipo irá representando al país a la próxima Champions League, si es que AFC no los deja sin plaza. La selección sigue vetando a los procedentes de Super League, y si no se resuelve pronto el problema, podrían expulsarlos del Comité Internacional y dejar de reconocer el fútbol indonesio de forma indefinida. Mientras tanto, y a la espera de noticias, se mantiene esa dualidad que no para de dañar la integridad del fútbol indonesio.

1 comentario:

  1. Hola,
    poseo un blog sobre estadísticas en el fútbol,
    http://futbolisticametrica.blogspot.com.es/
    ¿te interesa intercambio de enlaces?

    En tal caso te agradecería que me dejaras un comentario en mi blog; no están moderados.

    Un saludo

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